NORMAS DE LA AUDITORÍA ADMINISTRATIVA

              Denominadas Normas de Auditoría generalmente aceptadas (NAGAS), son los principios fundamentales de Auditoría que deben practicar los auditores durante el proceso de Auditoría y cuyo cumplimiento garantiza la calidad del trabajo profesional del auditor. Las NAGAS tienen su origen en los Boletines (Statement on Auditing Standart o SAS, emitidos por el comité de Auditoría del Instituto Americano de Contadores Públicos de los Estados Unidos de Norte América en el año 1948.
Las normas de auditoría son lineamientos por medio de los cuales se regula la calidad de trabajo del auditor y pueden ser:

·         Normas personales o generales
·         Normas relativas al trabajo de campo
·         Normas relativas a la elaboración del informe de Auditoría

NORMAS PERSONALES O GENERALES
Contempladas también en los Códigos de Ética de otras profesiones, son las referidas a la calidad del trabajo y a las cualidades que el auditor debe tener para poder realizar todo el estudio. Tienen carácter general y se aplican al proceso del examen. Estas normas se relacionan básicamente con la conducta funcional del auditor como persona humana y regula los requisitos y aptitudes que debe reunir para actuar como auditor. Estas normas son: Entrenamiento y capacidad profesional: Cuidado o Esmero profesional e Independencia de criterio.
El entrenamiento y capacidad profesional se refiere a que el examen debe ser efectuado por personas que tienen entrenamiento técnico adecuado y capacidad profesional como Auditor. Cabe destacar que además de los conocimientos técnicos obtenidos en los estudios universitarios, se requiere la aplicación práctica en el campo con una buena dirección y supervisión, ya que la madurez de juicio del auditor (obtenida por la experiencia), le permitirá lograr la certeza moral suficiente para determinar que el hecho ha sido razonablemente comprobado, de tal manera que en la medida que esta disminuya a través de los diferentes niveles de experiencia de los auditores la certeza moral será más reducida y es por eso que se requiere la supervisión la supervisión de los asistentes por los auditores experimentados para lograr la evidencia suficiente. Este adiestramiento, capacitación y práctica constante forma la madurez del juicio del auditor, a base de la experiencia acumulada en sus diferentes intervenciones, encontrándose en condición de ejercer la Auditoria como especialidad.
El Cuidado o Esmero profesional tiene su base en que el auditor debe ejercer el debido cuidado profesional en la ejecución del examen y la preparación del dictamen. Es aplicable para todas las profesiones, ya que cualquier servicio que se proporcione al público debe hacerse con toda la diligencia del caso, lo contrario es la negligencia, que es sancionable. Un profesional puede ser muy capaz, pero pierde totalmente su valor cuando actúa negligentemente. El esmero profesional del auditor, no solo se aplica al trabajo de campo y elaboración del informe, también se debe aplicar en todas las fases del proceso de auditoría y en la planificación, cuidando la calidad y el riesgo. Por consiguiente, el auditor siempre tendrá como propósito hacer las cosas bien, con toda integridad y responsabilidad en su desempeño, estableciendo una oportuna y adecuada supervisión a todo el proceso de la auditoría.
Y por último, pero no menos importante, la independencia de criterio es la obligación que tiene el auditor de mantener libertad mental en todos los asuntos relativos a su trabajo profesional. Es así como la independencia puede concebirse como la libertad profesional que tiene el auditor para expresar su opinión libre de presiones (políticas, religiosas, familiares) y subjetividades (sentimientos personales e intereses de grupo). Lo que significa que el auditor no solo debe tener la actitud mental de tener independencia de criterio, sino también “parecerlo”, es decir, cuidar su imagen ante los usuarios de su informe, que no solo es el cliente que lo contrató sino también los demás interesados (entidades bancarias; proveedores; trabajadores y Estado, entre otros).

NORMAS RELATIVAS AL TRABAJO DE CAMPO
            Estas normas regulan el trabajo del auditor durante el desarrollo de la auditoría en sus diferentes fases (planificación; trabajo de campo y elaboración del informe). Su propósito es que el auditor obtenga la evidencia suficiente en sus papeles de trabajo para apoyar su opinión sobre la confiabilidad de los estados financieros y controles internos de la empresa. En otras palabras, son los elementos básicos fundamentales en la ejecución del trabajo del auditor que constituyen la especificación del grado de exigencia del cuidado y dirigencia de parte del auditor y comprende de: la planificación y dirección profesional (supervisión adecuada); estudio y evaluación del control interno y evidencia suficiente y competente.
La planificación y dirección profesional o supervisión adecuada, se basa en que el examen debe ser planeado adecuadamente y el trabajo de los asistentes del auditor, si los hay, debe ser debidamente supervisado. La auditoría debe ser planificada y el trabajo de los asistentes del auditor (si los hay), debe ser debidamente supervisado. La planificación estratégica del proceso de trabajo de auditoría debe realizarse utilizando el enfoque “arriba hacia abajo”, es decir, iniciarse recabando información y analizando las características del negocio, la organización, financiamiento, sistemas de producción, funciones de las áreas básicas y problemas importantes, cuyos efectos económicos podrían repercutir en forma significativa sobre los estados financieros de la empresa objeto de estudio y debe terminar con la elaboración del programa de auditoría. Por todo lo anterior, la supervisión del trabajo de auditoría debe efectuarse en los papeles de trabajo, dejando constancia de esta inspección y debe aplicarse también a todas las fases del proceso, permitiendo garantizar su calidad profesional.
            Para determinar la naturaleza, el alcance y la oportunidad de los procedimientos de auditoría se deben estudiar y evaluar los estados Financieros y la estructura del control interno de la empresa en estudio. Este último elemento incluye los componentes del ambiente de control, la evaluación de los riesgos, actividades de control, información y comunicación y los de supervisión y seguimiento, mediante métodos de evaluación descriptivos, cuestionarios y flujogramas. Es por ello que, el estudio y evaluación de los controles internos conlleva a todo un proceso que se inicia con su comprensión, continúa con una evaluación preliminar, luego con pruebas de cumplimiento, revaluación de los controles y finalmente, de acuerdo a los resultados de su evaluación, se restringen o amplían las pruebas sustentativas.
Para resumir todo lo anteriormente expuesto, se puede afirmar que, en el estudio y evaluación del control interno, el auditor debe estudiar y evaluar adecuadamente este sistema para establecer el grado de confianza que merece y determinar el alcance de las comprobaciones que deben efectuarse mediante los procedimientos de Auditoria. La evidencia, suficiente y competente establece que la información recaudada debe ser obtenida por el auditor mediante la inspección, observación, indagación y confirmación para contar con una base que permita dar una opinión de los Estados Financieros sujetos a examen. Y con respecto a la opinión que el auditor tenga de los estados financieros sujetos a la auditoría, este debe obtener las evidencias competentes y suficientes mediante la inspección, observación, indagación y confirmación para proveer una base razonable que le permita expresar su dictamen.
La evidencia es el conjunto de hechos comprobados, suficientes, competentes y pertinentes para sustentar una conclusión. Esta será suficiente cuando los resultados de una o varias pruebas aseguren la certeza moral de que los hechos a probar o los criterios cuya corrección se está considerando han quedado razonablemente comprobados y será competente cuando se refiera a hechos, circunstancias o criterios que tengan real importancia, en relación al asunto examinado. Entre las clases de evidencia que obtiene el auditor se encuentran:
·      Evidencia sobre el control interno y el sistema de contabilidad, porque ambos influyen en los saldos de los estados financieros.
·      Evidencia física.
·      Evidencia documentaria (originada dentro y fuera de la entidad).
·      Libros diarios y mayores (incluye los registros procesados por computadora).
·      Análisis global.
·      Cálculos independientes (computación o calculo).
·      Evidencia circunstancial.
·      Acontecimientos o hechos posteriores. 

NORMAS RELATIVAS A LA PREPARACIÓN DEL INFORME
            Estas normas regulan la última fase del proceso de auditoría, es decir, la elaboración del informe, para lo cual, el auditor habrá acumulado en grado suficiente las evidencias, debidamente respaldadas en sus papeles de trabajo. Por ello exigen que el informe exponga de qué forma se presentan los estados financieros y el grado de responsabilidad que asume el auditor.
El informe debe contener: el grado de aplicación de los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados; su consistencia; revelación suficiente y la opinión del auditor. Estas normas de auditoría se refieren, en primer lugar, a la exigencia de que el auditor debe expresar en su dictamen, si la empresa se ha enmarcado dentro de los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados y si sus estados financieros están presentados de acuerdo a ellos. Estos principios se pueden definir como leyes fundamentales aprobadas como buenas y prevalecientes por la profesión contable y adoptadas por la auditoría como guías y como fundamento en lo concerniente a la contabilidad, para garantizar la razonabilidad de la información expresada a través de los Estados Financieros.
Existirá Consistencia en el informe si éste expresa que los Principios Generalmente Aceptados de la Contabilidad han sido observados adecuadamente en el periodo examinado de los estados financieros en relación con el ejercicio anterior. Se entenderá que existe revelación suficiente cuando el informe indique que los estados financieros muestran en forma razonable y adecuada la información necesaria para interpretarlos correctamente. Y la opinión del auditor se puede definir como el dictamen del auditor sobre si el control interno y los estados financieros de la empresa en estudio presentan o no razonablemente la situación financiera y los resultados de sus operaciones y podrá presentarse como: un dictamen en limpio o sin salvedades; dictamen con salvedades; dictamen adverso o como un dictamen con abstención de emitir opinión.
El dictamen en limpio o sin salvedades se emitirá cuando el auditor expresa la opinión de que los estados financieros presentan razonablemente la situación financiera y los resultados de las operaciones de la empresa de acuerdo con los principios contables y aplicados sobre una base consistente en el año anterior. El dictamen con salvedades se emitirá cuando los estados financieros de la organización presenten razonablemente la situación financiera salvo excepciones o limitaciones que no afecten de manera importante o significativa la situación financiera o resultados de operaciones mostradas. El informe con dictamen adverso expresará la opinión del auditor cuando este llega a la conclusión de que los estados financieros no presenten razonablemente la situación financiera y los resultados de conformidad con los principios de contabilidad aplicados consecuentemente. Y cuando se presenten restricciones a la aplicación de los procedimientos de auditoría o el auditor no esté en condiciones de dar una opinión profesional sobre los estados financieros emitirá el dictamen con abstención de emitir opinión, explicando claramente las razones por las que no ha podido dictaminar.

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